El anunció del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) sobre su voluntad de impulsar a una mujer indígena como candidata independiente para el proceso electoral del 2018, es a la vez un asombro y a la vez un anuncio que ya se esperaba.
En los últimos dos procesos electorales para elegir al presidente de la república, el EZLN en voz del Subcomandante Marcos, han anunciado estrategias y acciones que tienen el objetivo de hacerse notar en la vida política nacional, estas iniciativas siempre han tenido un sello particular, el rechazar los procesos electorales como medio para cambiar la situación del país, y con base en esto, criticar la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, único candidato de izquierda que ha tenido la posibilidad real de disputar el poder político a los neoliberales. Así fue la iniciativa de la “Otra Campaña” en el 2006, así fueron las críticas hacia AMLO en el 2012.
Un pronunciamiento que buscara crear eco a nivel nacional por parte del EZLN, era ya de esperarse, lo que asombra de éste pronunciamiento rumbo al 2018, es que ahora el subcomandate Marcos (o Galeano como dice llamarse ahora) ha dado una vuelta de ciento ochenta grados en su estrategia de participación política, ahora ve viable las elecciones para luchar por sus demandas, y en este sentido consultarán a su bases y a las organizaciones adherentes a su movimiento para impulsar la candidatura “independiente” de una mujer indígena.
Ante esto es preciso manifestar que en una democracia la participación política tanto en la emisión del voto como en la búsqueda de una candidatura por parte de cualquier sector (indígena, migrante, géneros, etc.), es totalmente plausible, así lo dicta el razonamiento más simple y acotado sobre participación política y democracia; pero la realidad es amplia, cambiante y sumamente influenciada por todos los elementos de que se compone, por lo que para entender éste pronunciamiento del EZLN es necesario tener en cuenta las condiciones que articulan el actual escenario rumbo al 2018.
Como sabemos, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN) ambos de corte neoliberal, están ya posicionando a sus candidatos para la elección presidencial, aunque parecen que van separados, los une en esencia los mismos intereses de la oligarquía nacional y transnacional, tanto así que en estas próximas elecciones federales pueden ir en alianza de facto para impulsar a Margarita Zavala, como ya se entrevé desde ahora.
Por el otro lado López Obrador -que con ésta sería su tercera candidatura- es el único candidateable que se opone a las privatizaciones y a los recortes presupuestales a las instituciones públicas, él único que enarbola, por esto, un programa antineoliberal. Esta postura lo pone en contradicción directa con los representantes del PRI y del PAN, un reflejo de las profundas contradicciones de interés entre la mayoría del pueblo mexicano y la oligarquía local.
Estas son las dos posturas que en el 2018 se enfrentarán por la conducción del país; los tres grandes partidos PRI, PAN Y MORENA, desde ahora analizan sus posibilidades; como es de todos sabido, Andrés Manuel López Obrador presidente del partido MORENA tiene por mucho, más posibilidades de ganar las elecciones.
Ante un posible escenario de la derrota de los neoliberales en el 2018, todas las fuerzas de la oligarquía, de uno u otro partido, se organizan y buscan desde ahora estrategias para restarle fuerzas a AMLO, en su momento los partidos pequeños a nivel nacional, como siempre, se sumarán formalmente o de facto a las fuerzas neoliberales; ante esta acción conjunta y coordinada de la derecha, le queda a la izquierda organizarse y avanzar en unidad.
La propuesta del EZLN bajo estas condiciones, parece más apostarle a restar votos a AMLO que a fortalecer un frente nacional antineoliberal.
Al EZLN podemos reconocerle sus excelentes obras literarias, poéticas, en todos los comunicados que emite, reconocer su gran talento en el manejo de símbolos y comunicación internacional, pero no se olvida que en la aprobación de la reforma energética, laboral, hacendaria y demás ataques de la oligarquía al pueblo mexicano, guardó silencio y calló.
Todas las expresiones de inconformidad y lucha son respetadas, pero tenemos que ser sensatos y justos en nuestros análisis rumbo al 2018, AMLO es el único con capacidad real para disputar el poder a los neoliberales. Asumir posturas divisionistas dentro de la "izquierda", llamar a no votar o impulsar candidaturas indendientes de "izquierda", sin duda alguna, es una estrategia que ayuda más a la Derecha, que a un pueblo con esperanzas reales.
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