jueves, 24 de septiembre de 2015

Ayotzinapa en huelga de hambre 26 Septiembre 2015



¡Gracias padres de Ayotzinapa y alumnos de Normales, nos están enseñando dignidad, inteligencia y valentía!
Ayotzinapa en huelga de hambre

Pedro Echeverría V.

1. Ante un gobierno asesino y un país que se cae a pedazos porque no crece su economía, se desploma su moneda y cada día registra más asesinatos, el ejemplo de lucha que los padres de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos hace un año, es una enorme enseñanza a los 100 millones de pobres y miserables mexicanos. ¿Cuántos millones, a través de las décadas, por falta de dignidad e inteligencia, hemos sido manipulados por mentirosos informes de la Procuraduría y sus repetidores medios de información? ¿Cuántos millones creímos en la telenovela que nos platicó Murillo Karam pensando en que era verdad? Pero los padres inmediatamente dijeron: “nos están mintiendo, quieren comprarnos y que nos retiremos a nuestro hogar a llorar a los hijos”.
2. Ese grito de resistencia de humildes trabajadores del campo, de no creer en el poder, extendió la duda y ahora se confirma que así nos han engañado por los detentadores del gobierno. ¿Cuántos millones de pesos ha ofrecido el gobierno para comprar la dignidad y silenciar a los padres? ¿Cuántas triquiñuelas ha usado el gobierno para que los padres no difundan las trampas de que han sido víctimas? La humildad y firmeza de esos campesinos –que se saben observados por sus hijos- durará muchos años más porque no es un juego. Saben que tras sus batallas no sólo está la aparición de sus hijos, sino también la supervivencia de las Normales Rurales, de la educación pública, del respeto a los trabajadores mexicanos.

3. Murillo, como cualquier político, no es malo, trata bien a sus hijos, a su familia; pero como poderoso político –como cualquier político en el poder- es un “yjueputa”. No conozco a ningún político, empresario adinerado, poderoso en medios de información y hasta en la academia, que no lo sea. El problema es indiscutiblemente el poder y la subordinación que crea. Por ello los anarquistas luchan por la libertad y contra todo poder (del gobierno, Estado, ejército, familia, escuela, la ciencia, iglesia, etcétera) y batallan consecuentemente por su destrucción donde se encuentre, buscando la horizontalidad, la revocación, la igualdad. No se trata de cambiar al gobierno burgués por otro, si no transformar desde la raíz el capitalismo.

4. Ir a la raíz de los problemas es ser radical. Ningún timorato se atreve; prefiere halagar al poder o quedarse en la mediocridad al no hacer nada contra él. Los padres de los 43 de la Normal de Ayotzinapa –con el total apoyo de los maestros de la CNTE, de zapatistas, de los estudiantes de las normales rurales, luchadores sociales, así como de otros centros de educación superior- no han parado durante un año; con ese ejemplo han llevado sus protestas en todo México y en muchos países del mundo. A partir del miércoles 23 harán una huelga de hambre en pleno Zócalo de la ciudad de México para culminar con una gigantesca manifestación el sábado 26 para recordar a sus hijos. Se espera apoyo; que el miedo y la mediocridad hayan aminorado en México.

5. En los estados de la República se registrarán también grandes manifestaciones contra el gobierno; no sólo en solidaridad con las batallas de los 43 padres en lucha, también contra el sistema capitalista de explotación que es el protector de gobiernos, empresarios, medios de información. En Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Nuevo León, Jalisco, Morelos, Veracruz, Puebla, como estados de más alta politización, se preparan actos masivos contra el gobierno federal y los partidos políticos (PRI, PAN, PRD, Verde, Panal) a su servicio; por ello esos partidos no descansan en sus campañas contra los movimientos sociales. ¿Podría ser de otra manera si reciben enormes cantidades de dinero de los gobiernos para comportarse como lo hacen?

6. La huelga de hambre de los padres en el Zócalo los días 23, 25 y 25 de septiembre, es la oportunidad de las organizaciones sociales no gobiernistas de llegar a acuerdos de unidad y lucha con los padres de familia y otras organizaciones. Los que honestamente estén buscando duplicar las fuerzas de apoyo: los electricistas, mineros, Mexicana, Atenco, los campesinos, estudiantes, zapatistas, lopezobradoristas, deberían aprovechar esta coyuntura para reunirse alrededor de la huelga de hambre y marchar juntos el día 26. ¿Qué mejor oportunidad para exigir justicia, libertad e igualdad que estando juntos un centenar de organizaciones que divididas y dispersas no han podido hacer nada importantes contra estos gobiernos capitalistas?

7. La gran burguesía mexicana, conformada por el poderoso gobierno, los grandes empresarios y los medios de información, nos siguen pegando fuerte y burlándose de nosotros porque no hemos respondido de manera contundente. Los padres, aunque pocos, nos han enseñado a responder con dignidad; pero nuestras estrategias no alcanzan para devolverles a los gobiernos los golpes y someterlos. Más que continuar con nuestras denuncias a sus operaciones como explotadores y represores debemos crear estrategias de lucha para echarlos del poder y construir gobiernos horizontales, revocables o autogobiernos. ¡Viva la lucha de los padres de los 43 desaparecidos de Ayotzinaba! ¡Muera el mal gobierno!

Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

La clave del crimen de Ayotzinapa - Sanjuana Martínez en entrevista con ...



Sanjuana Martínez es una periodista mexicana nacida en 1963 en Monterrey, Nuevo León, México, multipremiada y amenazada por su trabajo periodístico. Lleva 28 años en el periodismo y Reporteros Sin Fronteras la nombró a nivel mundial "Periodista del Año 2014". Estudió en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León en Nuevo León, México.

Realizó estudios de posgrado en la Universidad Complutense de Madrid. Ha investigado asuntos relacionadas con la defensa de los derechos humanos, violencia de género, actividad terrorista y crimen organizado, tanto en México como en Estados Unidos y Europa. Ha trabajado para Diario de Monterrey, Canal 2 de Monterrey, la revista Proceso, el periódico La Jornada y el portal de noticias online SinEmbargo.mx. Ha publicado en las revistas Rolling Stone, Gatopardo, Playboy, Nexos y Letras Libres.

Ha cubierto los fenómenos migratorios de Europa y el norte de África. Recorrió la frontera entre Estados Unidos y México para ofrecer los pormenores de la tragedia cotidiana de los migrantes mexicanos. Como corresponsal cubrió las distintas crisis de la iglesia católica y se adentró en los delitos de pederastia cometidos por el clero, que han estremecido los cimientos de la Santa Sede. Investigó el caso del cura pederasta Nicolás Aguilar acusado de abusar de más de 100 niños entre México y Estados Unidos y protegido por el cardenal Norberto Rivera Carrera y por el cardenal de Los Ángeles Roger Mahony. Gracias a sus investigaciones ambos fueron denunciados en la Corte Superior de California por conspiración a la pederastia.

Es una periodista multipremiada que ha sufrido amenazas, acoso y persecución por sus reportajes. Se ha destacado como reportera de investigación en prensa escrita, radio y televisión. Practica el periodismo narrativo. El Comité para la Protección de los Periodistas con sede en Nueva York documentó y denunció las amenazas de muerte que la periodista ha recibido a raíz de sus investigaciones en torno al cardenal Norberto Rivera Carrera y los delitos de abusos sexuales de sacerdotes en México.1 Reporteros Sin Fronteras y el Pen Club incluyeron su caso en sus informes. The Writers in Prison Committee of International Pen celebró su trabajo en una campaña del Día de la Mujer. La revista Forbes la declaró una de las 50 mujeres "más poderosas de México". En 2014, la revista Líderes Mexicanos la incluyó entre las 10 periodistas líderes de opinión de México y en 2015 el Pen Internacional protestó contra el acoso y hostigamiento que la periodista sufre en México por su trabajo periodístico.


Actualmente Sanjuana Martínez es colaboradora del periódico "La Jornada", del portal online SinEmbargo.mx y periodista freelance.


Presentación del libro "Ayotzinapa: La travesía de las tortugas"


¿Quiénes eran los normalistas atacados la noche de Iguala? Es la pregunta que se responde, sin atenuantes, en el libro Ayotzinapa. La travesía de las tortugas, de Ediciones Proceso. Medio centenar de reporteros salen a investigar la vida de esos estudiantes protagonistas de uno de los capítulos más aterradores y vergonzantes en la historia de este país y se topan no sólo con la currícula que en la totalidad de los casos está hondamente tocada por la marginalidad y el desamparo, sino con la desgracia que el día después carcome a las familias involucradas. A continuación se reproduce el prólogo de esta novedad editorial que convierte Ayotzinapa en un desquiciante territorio de todos. El volumen se presenta este miércoles 23 a las 17 horas en el Centro Prodh, ubicado en Serapio Rendón 57-B, colonia San Rafael, en la Ciudad de México.

En el teléfono celular de Sidronio Casarrubias Salgado, los agentes de la SEIDO que lo interrogaban hallaron este mensaje de texto: “Los hicimos polvo y los echamos al agua, nunca los van a encontrar”. De acuerdo con las autoridades, Casarrubias era el líder máximo de la organización criminal Guerreros Unidos. La noche del 26 de septiembre de 2014, la policía de Iguala entregó a sicarios de dicha organización a 43 jóvenes estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa: esos estudiantes, la mayoría de recién ingreso, habían llegado a Iguala con la misión de conseguir autobuses y recursos que permitieran a un gran contingente de normalistas participar en la manifestación que pronto iba a efectuarse, en memoria de la matanza del 2 de octubre de 1968, en la capital del país.

No era la primera vez que alumnos de primer ingreso recibían una encomienda de este tipo. Enviar “pelones” de primer año a “botear” y apoderarse de autobuses comerciales es una suerte de ceremonia no oficial de ingreso en la escuela Raúl Isidro Burgos. A diferencia de otras ocasiones, aquel 26 de septiembre de 2014, los alumnos enviados a ejecutar la orden no regresaron.

Sabemos lo que pasó, y al mismo tiempo lo que pasó sigue siendo un misterio. “Procedan”, habría dicho el alcalde perredista de Iguala, José Luis Abarca, cuando le comunicaron por radio que los normalistas andaban recorriendo la ciudad. Comenzaba la noche de Iguala: la persecución, el ataque a tiros a los estudiantes, la caída con una bala en la cabeza del alumno Aldo Martínez, la llegada de la llovizna que lúgubremente iba a acompañar los sucesos de esa noche, el aullido enloquecedor de las sirenas de la policía de Cocula, cuyos elementos, armados como para la guerra –pasamontañas, rodilleras, ropa de camuflaje–, cercaron y rafaguearon a los estudiantes… Los asesinatos de Julio César Ramírez y Daniel Solís, las heridas de Edgar Vargas, la entrada en escena del Ejército en el hospital Cristina, y su repentino, inexplicable mutis.

Y la espiral de horror: el desollamiento de Julio César Mondragón, a quien le arrancaron la piel de la cara y le extirparon los ojos; la agresión al autobús de los Avispones de Chilpancingo, que costó la vida al chofer y a un jugador del equipo; la muerte accidental de la pasajera de un taxi, cosida por las balas de los municipales; la noche que avanzaba cada vez hacia algo peor: la entrega, dice la única versión disponible hasta el momento, de los estudiantes al Chucky, y a su grupo de halcones y sicarios. Oyen bien: la entrega de unos normalistas que no han cumplido 20 años a un grupo criminal dedicado al narcotráfico. Una entrega que ocurre por parte de fuerzas del estado. La versión que luego dieron los sicarios detenidos, de que los muchachos fueron amarrados y apilados como bultos en la camioneta de redilas que los condujo a un intrincado basurero municipal; la muerte de algunos en el trayecto, se dice que por asfixia; el interrogatorio y la tortura de los sobrevivientes, con intención de saber quiénes eran: “¿Son contras? ¿Son Rojos?”. El encendido de la hoguera en el agujero conocido como “el hoyo del Papayo” y al otro día, la recolección de los restos en bolsas de basura arrojadas al río donde luego se recogió un trozo de hueso perteneciente al alumno Alexander Mora Venancio.

Al final, el mensaje de texto que El Chucky envió a Casarrubias: “Nunca los van a encontrar”.

¿Qué había pasado con los estudiantes? ¿Por qué si su lucha era social y política les habían dado trato de sicarios? ¿Por qué emboscarlos, perseguirlos, torturarlos, quemarlos, desaparecerlos? ¿Quiénes eran ellos? ¿Y quiénes eran los Guerreros Unidos?

La masacre de Iguala tuvo el mismo efecto de cuando alguien quita de golpe la sábana blanca que oculta un cadáver putrefacto. El país volteó a mirar Guerrero y descubrió gusanos y un olor pestífero.

Marco Antonio Ríos Berber fue uno de los primeros detenidos. Le había tocado “halconear” la noche del 26 de septiembre. Él llevó a las autoridades a la loma donde aparecieron más de 30 cuerpos, ninguno de los cuales correspondía a los normalistas. Ríos Berber se había quedado vigilando un camino la noche en que los estudiantes fueron llevados al basurero. Pero conocía el sitio en el que otras personas habían sido inhumadas clandestinamente, y creyó que allí aparecerían los cuerpos que las autoridades reclamaban.

No era así. En ese lugar no estaban los normalistas, sino una de las verdades más crudas del estado de Guerrero. La historia de esos cadáveres estaba narrada en el teléfono de Ríos Berber. En la galería de fotos que el “halcón” conservaba –más de 30–, aparecían los retratos de varias personas golpeadas, hinchadas, desfiguradas. Gente que gritaba o lloraba. Gente antes de morir.

En esos días, varios grupos criminales se estaban disputando Iguala, el “escurridero” donde se almacena la amapola producida en el estado; el punto del que sale alrededor de 70% de la heroína que llega a Estados Unidos. Las personas enterradas en esas fosas pertenecían a organizaciones rivales: Los Rojos, La Familia, Los Templarios… cualquiera de los 26 grupos criminales que hoy han sido identificados en Guerrero. Habían llegado a Iguala a pelear la plaza, o a llevar armas, o a secuestrar gente, o a mover droga.

Para los Guerreros Unidos no era difícil descubrir a esos intrusos. Cada que un auto con placas de otro estado circulaba por Iguala, la policía municipal le marcaba el alto; si descubría algo fuera de lugar, los sospechosos eran entregados de inmediato al Chucky: los Guerreros Unidos formaban el verdadero cuerpo de “seguridad”, el verdadero aparato de justicia del municipio. Lo ocurrido en Iguala era el hilo de la madeja de un sistema de corrupción, injusticias y atrocidades sin límite. La tragedia de los 43 estudiantes dejó al descubierto como pocas veces antes la podredumbre de un sistema infiltrado por el crimen organizado, y construido y tolerado, inescrupulosamente, por sus primeros beneficiarios: gobernantes y partidos políticos. Iguala exhibió toda suerte de delitos y contubernios. Expuso la distancia enorme que existía entre el estado de Guerrero y la casa en que habitaba el presidente de México. Lanzó a la cara de todos las condiciones en que viven y mueren los habitantes de uno de los estados más pobres, más humillados, más agraviados, más violentos e impunes del país.

En México, desde que la muerte dejó de ser suceso para transformarse en cifra, cada muerte nueva sirve para desmentir o confirmar una estadística. La muerte es una medida nada más: desde que el país produce cadáveres en serie, las tragedias se han vuelto cuantitativas. Las volvemos simples números y nos referimos a ellas con la frialdad de las cifras.

Ayotzinapa. La travesía de las tortugas es un libro ejemplar en muchos sentidos. Porque le devuelve los rostros a esos números que se desgastan de tanto repetirse, porque restituye a muertos y desaparecidos la vida que aquella noche les robaron: “Un reportero busca historias pero en Ayotzinapa encuentra rostros –escribe, brillantemente en estas páginas, Emiliano Ruiz Parra–. Rostros fijados para siempre en la cotidianidad de las selfies, en las fotos de adolescentes que registran su mejor ángulo… El rostro te impone un mandamiento: ‘No matarás’. La ética ya no viene del sujeto y de la razón (como pensó Kant) sino del rostro del otro. La ética es el otro…”.

Para Marcel Schwob, lo único que cada hombre posee en realidad son sus extravagancias y sus anomalías. Esto hace que en el arte de la biografía la vida de cualquier hombre tenga el mismo valor, “sea un pobre actor o Shakespeare”. Esa verdad profunda es la que salen a buscar los 43 periodistas, los tres editores y los 15 fotógrafos que firman este libro. Cada uno de ellos hace cuatro visitas a Ayotzinapa y se dirige luego a las poblaciones de donde procedían los normalistas desaparecidos, heridos o fallecidos aquella noche infausta. Todos solventan de su propio bolsillo los gastos de traslado y hospedaje. Suben cerros, van a pueblos, visitan rancherías. Andan detrás de una pregunta básica que no todos los medios –muchos de ellos empeñados en el ensalzamiento o la descalificación automáticos– llegaron a hacerse. ¿Quiénes eran los 43 normalistas que no volvieron del infierno de Iguala? ¿Cómo eran sus vidas, sus familias, sus problemas, sus sueños, sus lugares de origen?

Esas preguntas detonan este libro. Por eso afirmo que Ayotzinapa. La travesía de las tortugas es en muchos sentidos ejemplar: porque procede de la solidaridad de un gremio: ninguno de los autores ha cobrado por su investigación, nadie obtendrá un solo peso por el tiempo que han gastado, por el texto que ha escrito. Por mutuo acuerdo, las ganancias que genere esta obra serán donadas a los padres de las víctimas.

El libro es también un catálogo de miradas, un escaparate de estilos al que solo se exigió precisión e investigación. Sus autores son periodistas independientes y colaboradores de CNN, Animal Político, Proceso, El Financiero, Frente, El Universal TV, El Gráfico, Quadratín, La Jornada Guerrero, Emeequis y SinEmbargo, entre otros. Estos otros 43 (más los tres editores y los 15 fotógrafos) han puesto algo de sí para traer piezas nuevas al rompecabezas. Para seguir aclarando el misterio que un año más tarde sigue siendo Iguala.

Esta forma de la luz en medio de las sombras se debe también a los normalistas.

“¿Por qué Ayotzinapa. La travesía de las tortugas?”, quise preguntar la tarde en que me invitaron a hacer este prólogo. Una de las autoras se anticipó:

–Ayotzinapa es una palabra náhuatl que significa “tortuga preñada cuatro veces”. Travesía, porque la mayor parte de los padres creen que sus hijos están de viaje, en algún lugar, y pronto regresarán.

Sí. Luz en medio de las sombras.


lunes, 21 de septiembre de 2015

#Ayotzinapa VS #EPN: Memoria en Acción - Paco Ignacio Taibo II


Aunque nacido en Gijón, creció en México a partir de los 10 años: su padre, Paco Ignacio Taibo I, de gran tradición socialista, se exilió en ese país latinoamericano en 1959 después de huir de la dictadura franquista. Allí nacieron sus hermanos menores, el poeta Benito Taibo y el cineasta Carlos Taibo Mahojo.

Paco Taibo II comenzó a practicar la actividad política en sus tiempos de estudiante, y sería ella la que motivaría su renuncia, en julio de 2012, a la dirección la de Semana Negra de Gijón para integrarse en el equipo de López Obrador.

El detective Héctor Belascoarán Shayne es el protagonista de sus novelas policiacas. Su pasión por este género lo llevó a fundar en 1986 la Asociación Internacional de Escritores Policíacos (AIEP) junto con el también mexicano Rafael Ramírez Heredia, los cubanos Rodolfo Pérez Valero y Alberto Molina, el uruguayo Daniel Chavarría, el ruso Iulián Semiónov y el checo Jiri Prochazka.

En 1988 creó el festival multicultural Semana Negra de Gijón, por el que han pasado miles de escritores de novelas policíacas, históricas, de fantasía y ciencia ficción. Como su nombre lo indica, se lleva a cabo en la ciudad natal del escritor.

Taibo II ha desarrollado muchas otras actividades, además de la de escritor. Ha enseñado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, ha sido director de las series México, historia de un pueblo y Crónica general de México (1931-1986); del suplemento cultural de la revista Siempre! (1987-1988), y de las revistas Crimen y Castigo y Bronca.

Su obra literaria, distinguida con numerosos premios, no se limita al género policiaco; también ha escrito novelas históricas, cuentos, cómics, reportajes, ensayos y crónicas. Ha publicado una cincuentena de títulos y algunos de sus textos han sido traducidos a diversos idiomas.

Está casado, desde 1971, con la activista cultural y fotógrafa Paloma Sáiz Tejero, con quien tiene una hija.

Durante el I Consejo Nacional del Movimiento Regeneración Nacional, celebrado en el Deportivo Plan Sexenal de la Ciudad de México, fue elegido secretario de Arte y Cultura del Comité Ejecutivo Nacional de MORENA para el periodo 2012-2015.





#Vídeo Dr Mireles Gobierno #EPN en Michoacan Cartél Land


México. La línea entre el bien y el mal es, a veces, delgada. Matthew Heineman lo comprobó mientras filmaba Cartel Land, un docu-western que retrata la complejidad de los movimientos de las extintas autodefensas mexicanas y de vigilantes estadunidenses en su lucha contra el narco.

Aunque este joven estadounidense, premiado como mejor director en el prestigioso festival independiente de Sundance, venía labrando su carrera con documentales sociales rodados en su país natal, su inquietud para entender porqué grupos de civiles se levantaban en armas tomando la justicia por sus propias manos le llevó a cruzar la frontera.

Durante nueve meses, Heineman alternó viajes a Michoacán y Arizona (suroeste de EEUU) y, con tiempo y paciencia, logró la confianza de sus protagonistas y acceso a situaciones que le parecían impensables. El resultado, un documental de escenas impactantes que arranca en un laboratorio clandestino de metanfetaminas y muestra tiroteos, persecuciones, entierros o espeluznantes salas de tortura .....


domingo, 20 de septiembre de 2015

Ayotzinapa: versión insostenible



Según la procuradora general de la República, Arely Gómez, los expertos forenses de la Universidad de Innsbruck, Austria, lograron identificar los restos de un segundo normalista de Ayotzinapa desaparecido la noche del 26 de septiembre en la ciudad de Iguala, en el suriano estado de Guerrero.

La procuradora afirma que esos restos (dos fragmentos de hueso calcinados) corresponden al joven Jhosivani Guerrero de la Cruz, de 21 años, apodado el Coreano. Y doña Arely sostiene que esos huesitos fueron encontrados en el basurero municipal de Cocula, población cercana a Iguala, lugar en el que según la versión oficial del gobierno mexicano, fueron asesinados e incinerados los 43 muchachos secuestrados.

La versión de la abogada Gómez, desde luego, es insostenible. Se sabe positivamente que no existen evidencias de que en ese basurero haya habido alguna vez una pira de las dimensiones necesarias para calcinar 43 cuerpos humanos.

Pese a su demostrada falsedad, la versión de la procuradora Gómez arroja luz sobre el destino final de los muchachos. Suponiendo que los segundos restos correspondan al joven Jhosivani Guerrero de la Cruz, eso quiere decir que este muchacho fue secuestrado, asesinado e incinerado.

Pero sabiendo, como se sabe, que en el basurero de Cocula no existió la pira de la versión oficial, queda claro que Jhosivani Guerrero de la Cruz fue ultimado y cremado en otro lugar. En el mismo sitio de donde la abogada Arely Gómez obtuvo los restos analizados e identificados en Innsbruck.

Conviene recordar a este respecto que los forenses argentinos que participaron en las investigaciones del caso establecieron categóricamente que la Procuraduría General de la República (PGR), entonces al mando del viejo y marrullero político priista Jesús Murillo Káram, violó los protocolos de recolección, manejo, preservación y traslado de las supuestas evidencias del asesinato e incineración de los 43 en el basurero de Cocula.

Dicho en otras palabras, los forenses argentinos no discuten ni niegan que los restos de la primera víctima identificados en Austria, Alexander Mora Venancio, sean del normalista. Pero afirman de modo igualmente categórico que no pueden dar fe de que esa muestra (y otras) hayan sido recogidas en el basurero de Cocula, por razón de la antedicha (y reiterada) violación de los protocolos forenses de recopilación, manejo y traslado de las evidencias (o supuestas evidencias) del caso.

La pregunta clave, entonces, sigue vigente: ¿dónde obtuvo Gómez los restos de Jhosivani Guerrero de la Cruz? Y, asímismo, ¿de dónde sacó la PGR de Murillo Káram los restos de Alexander Mora Venancio? Sabiendo eso se podrá saber dónde fueron cremados esos dos cuerpos. Y eventualmente podría conocerse el verdadero destino final de los 43.

Mientras esas dos interrogantes no sean respondidas, las solemnes palabras de doña Arely sólo son fuegos fatuos, pirotecnia verbal, cortinas de humo, recursos teatrales.

Podría ser, sin embargo, que doña Arely, que llegó muy tarde al caso, no lo sepa. Que sólo esté siguiendo el guión que le han dictado. Pero que no sepa no significa que no pueda saber. Podría, para empezar, citar e interrogar a su antecesor, el mencionado Murillo Káram, quien podría informarle con detalle sobre el asunto. Y desde el principio. Y debería interrogarlo luego de ser advertido de las sanciones penales a que se hace acreedor quien declara falsamente ante autoridad judicial. 

Pero si Murillo Káram se niega a declarar o dice que no se acuerda o afirma que no sabe nada, doña Arely podría ponerse a trabajar. E investigar ella misma. Seguro que si lo hace podría encontrar la verdad.

Blog del autor: www.miguelangelferrer-mentor.com.mx

According to the Attorney General of the Republic, Arely Gomez, forensic experts from the University of Innsbruck, Austria, were able to identify the remains of a second normalista Ayotzinapa disappeared the night of September 26 in the city of Iguala, the state suriano Guerrero.

The prosecutor claims that the remains (two charred bone fragments) for the young Jhosivani Guerrero de la Cruz, 21, dubbed the Korean. Dona Arely argues that these bones were found in the landfill of Cocula, near Iguala, place where according to the official version the Mexican government, were killed and incinerated 43 people kidnapped boys.

The version of the lawyer Gómez, of course, is unsustainable. It is positively known that there is no evidence that there was ever a pyre to burn the necessary dimensions 43 human bodies in that dump.

Despite its proven false, version of the Solicitor Gomez sheds light on the fate of the boys. Assuming that the latter remains correspond to the young Jhosivani Guerrero de la Cruz, that means that this boy was kidnapped, murdered and cremated.

But knowing, as we know, that in the dustbin of Cocula pyre there was no official version, it is clear that Jhosivani Guerrero de la Cruz was killed and cremated elsewhere. In the same place where the lawyer Arely Gomez scored the remains analyzed and identified in Innsbruck.

It should be recalled in this regard that the Argentine forensic involved in investigating the case established categorically that the Attorney General's Office (PGR), then in command of the old and wily politician PRI Jesus Murillo Karam, violated the protocols for collecting, handling, preservation and transfer of alleged evidence of murder and incineration of 43 in the dustbin of Cocula.

In other words, Argentine forensic not discussed nor deny that the remains of the first victim identified in Austria, Alexander Mora Venancio, are the normal school. But equally they affirm categorically that can not vouch for that sample (and others) have been collected in the dustbin of Cocula, because of the above (and repeated) violation of forensic protocols for the collection, management and transfer of evidence (or alleged evidence) of the case.

The key question then remains: Where did the remains of Jhosivani Gómez de la Cruz Guerrero? And also, where did the PGR Murillo Káram the remains of Alexander Mora Venancio? Knowing that they may know where those two bodies were cremated. And it could eventually know the true fate of 43.

While those two questions are not answered, the solemn words of Dona Arely are just wisps, verbal pyrotechnics, smoke, theatrical resources.

It could be, however, that Dona Arely, who arrived too late to the case, does not know. It is only following the script that have dictated. But who does not know does not mean you can not know. It could, for one, call and question his predecessor, said Murillo Karam, who could inform in detail on the matter. And from the beginning. And would questioning after being warned of criminal penalties to be held creditor who falsely claims to judicial authority.

But Murillo Káram refuses to testify or says he does not remember or claims not to know anything, Dona Arely could get to work. E investigate itself. Certainly doing so may find the truth.

Blog author: www.miguelangelferrer-mentor.com.mx

Conclusiones del Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales sobre crimenes de Ayotzinapa



Tremendo golpe a la credibilidad del gobierno de Peña Nieto

A menos de un mes que se cumpla el primer aniversario de la noche de Iguala, la del asesinato de seis personas (incluidos tres estudiantes) y la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, un golpe mediático vuelve a poner en la primera plana de los medios de comunicación lo sucedido en esa infausta noche. Para el presidente Peña Nieto las conclusiones de las investigaciones del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independiente (GIEI) sobre los asesinatos y las desapariciones ocurridas esa noche presentadas públicamente el pasado 6 de septiembre, representan un tremendo golpe a la credibilidad de su gobierno: la pretendida “verdad histórica” sobre el caso del ex procurador de la República Jesús Murillo Karam que según él cerraba prácticamente el mismo fue hecha añicos con el rosario de conclusiones de dicho grupo. La tristemente célebre “verdad histórica” del gobierno de peña Nieto resultó ser una “mentira histórica”. Una de esas devastadoras conclusiones en especial retumbó fuerte en la opinión pública: los 43 de Ayotzinapa no fueron quemados en el basurero de Cocula como dijo en noviembre pasado el muy cansado Murillo Karam. Por tanto la exigencia de su búsqueda se potencia un año después de su desaparición y el grito de “vivos se los llevaron, vivos los queremos” será aun más ensordecedor para el gobierno priista.
La estrategia gubernamental de tratar que este caso que se ha convertido en el peor escollo entre tantos problemas que enfrenta esta administración, apenas a la mitad de su sexenio, fuera “superado” y desplazado a un segundo plano, ha fracasado rotundamente. Las informaciones son cada vez más numerosas sobre los actos que se preparan en todo el país desde la península de Baja California hasta la de Yucatán, actos de todo tipo de protestas a realizarse el próximo 26 de septiembre, cuando se cumpla el primer aniversario de la desaparición de los 43 normalistas, día que se ha bautizado como el de “la indignación nacional”, actos que culminarán con la que se espera será una gigantesca manifestación en la ciudad de México que se iniciará a las 12.00 horas. desde la residencia presidencial de Los Pinos y culminará horas después en el Zócalo.

La lucha por la aparición de los 43 se hace más actual, más vigente y definirá aún más profundamente le amplia y creciente oposición popular al gobierno priista que se encuentra prácticamente atorado y cuyas camarillas han comenzado sus pugnas internas para definir precozmente quien será el sucesor de Peña Nieto. Seguramente también en las actos de las protestas del 26 de septiembre muchos gritos de ¡Fuera Peña! se oirán fuertemente en las calles.

Las conclusiones del GIEI no son sorprendentes. Desde noviembre pasado muchas investigaciones, destacando las que aparecieron desde octubre mismo en la revista Proceso, habían señalado las innumerables incongruencias, omisiones e inconsistencias de las argumentaciones expuestas por Murillo en sus explicaciones de lo que llamó la “verdad histórica”. Por ejemplo, la inverosímil teoría de la incineración en un predio selvático en una noche lluviosa de 43 cadáveres cuya pira debería haber producido una columna de humo de decenas de metros que nunca se vio en los alrededores y que para mantenerla se hubieran necesitado enormes cantidades de llantas y materiales inflamables que los albañiles, que resultaron ser los supuestos ejecutantes y cuyas “confesiones” fueron arrancadas con las torturas de la policía, jamás hubieran podido conseguir con sus exiguos recursos. El experto peruano que el GIEI llevó al tiradero de Cocula consideró que en el lugar no había señales de la supuesta gigantesca pira que para incinerar 43 cadáveres se hubieran necesitado, ni rastros de una hoguera de diez o más horas que seguramente hubiera dejado marcas en el predio cuyos alrededores necesariamente se habrían incendiado.

Igualmente señaló la presencia de un quinto camión ocupado por los estudiantes y ferozmente atacado por sus agresores cuya presencia señalada por testimonios ministeriales fue por completo soslayada en el informe de Murillo. En dicho camión podría estar cierta explicación de la ferocidad que se desató contra los estudiantes pues se considera que el mismo era portador de droga con destino a Chicago.

Otro de los aspectos más polémicos que no deben gustarle nada a Peña Nieto y su gobierno son los pasajes donde el informe trata sobre el ejército. El texto va señalando lo que también ha sido ya una y otra vez mencionado por diversos autores y comentaristas, la presencia imposible de negar del ejército en los acontecimientos. Y, por tanto, una de las recomendaciones más comprometedoras para Peña Nieto es la demanda del GIEI de permitir la apertura de las instalaciones del cuartel localizado en Iguala y el cuestionamiento de los militares involucrados en los incidentes de la noche de Iguala.

El informe del GIEI de casi 500 páginas está lleno de observaciones, puntualizaciones y recomendaciones que los expertos independientes hacen para que el gobierno mexicano reexamine nuevamente sus conclusiones, de hecho propone una nueva investigación sin afirmar claramente su rechazo a la investigación de la “verdad histórica” de la Procuraduría General de la República (PGR). Pero ha bastado lo anterior para producir el estallido de una bomba mediática que ha obligado al gobierno a reconocer la necesidad de seguir investigando y a aceptar una nueva entrevista de los familiares y sus abogados con Peña Nieto el próximo 23 de septiembre.

Ante esta situación se ha desprendido como lógica la prorrogación del mandato de estancia del GIEI en México para continuar sus investigaciones. Otro resultado no muy grato para el gobierno.

La pregunta que se impone ¿por qué el gobierno de Peña Nieto ha debido aceptar en esta ocasión tal intervención de una parte externa en el caso de la noche de Iguala? Y otra que se desprende lógicamente ¿por qué la OEA, de quien depende CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), la cual a su vez patrocina al GIEI, ha puesto a uno de los gobiernos más importantes de la organización, aliado casi incondicional de Washington, en los apuros en que actualmente se encuentra ante un informe que da nuevos argumentos y bríos a la campaña por la aparición de los 43? La respuesta es la presión nacional e internacional tan impresionante que se ha desplegado en apoyo a los normalistas de Ayotzinapa, solidaridad que le llega también indirectamente a sus aliados más directos y cercanos, los maestros de la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación)?

El caso de Ayotzinapa ha sido la punta del tempano. La cuestión de los desaparecidos en México es ya una problemática latinoamericana. Hoy el caso de los normalistas trasciende, pues en México hay miles de desaparecidos desde hace más de una década y no se había levantado un movimiento de la magnitud que hoy apreciamos. Esto lo han reconocido las organizaciones de los derechos humanos latinoamericanas. La solidaridad que se ha desplegado con motivo de los acontecimientos de la noche de Iguala hoy se ha convertido en una poderosa presión internacional que el gobierno mexicano no puede soslayar tan fácilmente. Decenas de organizaciones no gubernamentales dedicadas a la defensa de los derechos humanos han solicitado a Peña Nieto que cumpla con las recomendaciones de la GIEI. Se han expresado en tal sentido las Abuelas de Plaza de Mayo, el Centro de Estudios Legales y Sociales, ambos de Argentina; Oficina en Washington en Asuntos Latinoamericanos (WOLA); la Comisión de Paz y Justicia y la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la Paz, ambas de Colombia; la Asociación pro Derechos Humanos de Perú; el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela; la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos de Ecuador; la Coordinadora de Derechos Humanos de Paraguay; el Centro de Derechos Humanos Robert F. Kennedy de Estados Unidos y otras organizaciones parecidas de Bolivia, Costa Rica, Brasil, Honduras, Guatemala, Nicaragua y por supuesto México.

Estrictamente paralelo a estos acontecimientos en México, se producía en el país vecino del sur la gigantesca movilización popular, que culminó con la renuncia y el arresto de Otto Pérez Molina, ex presidente de Guatemala. Inmediatamente este hecho se ha traducido en la opinión popular a la realidad mexicana: ¿por qué en Guatemala y en México no? O de otra forma ¿qué tiene Guatemala que no tiene México? Obviamente a pesar de las similitudes muy grandes con Guatemala, las cuales en el sur y el sureste son muy evidentes, en lo sustancial México es un país muy diferente a su vecino sureño. Aquí el grito de ¡Fuera Peña! todavía tiene que llegar a las grandes masas de trabajadores para que tenga el eco que merece y la fuerza necesaria para hacerlo realidad y además, más que en Guatemala, aquí el sistema es claramente mucho más poderoso en su raigambre nacional (nacionalista) y social que la estructura del poder en Guatemala.

En Guatemala misma la operación de la destitución y detención carcelaria de Pérez Molina debe ser aleccionadora. Sin quitarle el mínimo mérito a la gran campaña popular que logró destituir a este ex militar genocida, no podemos dejar de tomar en cuenta que, en primer lugar la sentencia del 20 de mayo condenando Pérez Molina a 80 años de prisión que representa una conquista popular, ha sido revocada por el más alto tribunal de Guatemala, encontrándose hoy todavía la apelación contra tal nefasta decisión en pleno trámite. Igualmente debe entenderse que el genocida fue sentenciado por un fraude escandaloso y no se tomó judicialmente en cuenta para nada su pasado genocida. Finalmente en la primera vuelta de las elecciones del 6 de septiembre para elegir al sucesor de Pérez Molina, el candidato ganador ha sido el “independiente” Jimmy Morales, un cómico de la televisión con vínculos directos con los grupos más reaccionaros y derechistas del país que en la segunda vuelta podría ser electo como el nuevo presidente de Guatemala.

Aquí en México la consigna ¡Fuera Peña! debe plantearse junto con un programa alternativo que tenga como meta la instauración de un gobierno de los obreros, campesinos e indígenas que sea el inicio de la lucha por la fundación de una nueva sociedad para evitar que a Peña Nieto lo sustituya otro priista o panista o incluso como se está prefigurando ya como una alternativa adecuada para los grupos capitalistas en el poder, por un “independiente” al estilo de Jimmy Morales.

* El autor es militante de la Liga de Unidad Socialista (LUS) - México
Correspondencia de Prensa - boletín informativo: germain5@chasque.net

Tremendous blow to the credibility of the government of Peña Nieto

Less than a month the first anniversary of the night of Iguala is fulfilled, the murder of six people (including three students) and the disappearance of the 43 student teachers Ayotzinapa a media coup put back on the front page of the media what happened on that fateful night. President Peña Nieto to the research findings of the Interdisciplinary Group of Independent Experts (IMCI) on the killings and disappearances that night publicly presented last September 6, represent a huge blow to the credibility of his government: the alleged " historical truth "about the case of former public prosecutor Jesús Murillo Karam which he closed it was virtually shattered with rosary conclusions of that group. The infamous "historical truth" Peña Nieto government proved to be a "historical lie". One such devastating conclusions echoed particularly strong in public opinion: 43 Ayotzinapa were not burned in the dustbin of Cocula as last November said the tired Murillo Karam. Therefore the requirement of its search power a year after his disappearance and the cry of "living took them, alive we want" will be even more deafening to the PRI government.
The government's strategy of trying this case has become the worst pitfall among many problems facing this administration, only half of his term, was "overcome" and moved to the background, has failed miserably. The information is increasing number of acts that are prepared in the whole country from Baja California to Yucatan acts of all kinds of protests to be held on September 26, when the first anniversary of compliance disappearance of the 43 normal school day has been named as the "national outrage" acts that culminate with which it is hoped will be a huge demonstration in Mexico City that will start at 12.00. from the presidential residence of Los Pinos hours and will culminate in the Zocalo.

The struggle for the emergence of the 43 is more current, more effective and more deeply you define large and growing popular opposition to the PRI government that is practically stuck and cliques which have started their internal struggles to define early who will succeed Peña Nieto. Surely in the acts of Sept. 26 protests Many Cries Out Peña! They will be heard strongly in the streets.

The findings of IMCI are not surprising. Since last November many investigations, noting that since October it appeared in the magazine Proceso, had pointed out the many inconsistencies, omissions and inconsistencies in the arguments presented by Murillo in their explanations of what he called the "historical truth". For example, the implausible theory incineration in a jungle campus on a rainy night 43 corpses whose pyre should have produced a column of smoke from dozens of meters that never looked around and that would have been needed to keep huge amounts of tires and flammable materials masons, who were supposed to be performers whose "confessions" were plucked with police torture never could have achieved with their meager resources. The Peruvian expert that led to the dump IMCI Cocula considered that there was no sign of the alleged gigantic pyre to incinerate 43 bodies have been needed, no sign of a fire of ten or more hours than probably would have left marks on the on-site whose surrounding land would necessarily fire.

Also noted the presence of a fifth truck occupied by students and fiercely attacked by his assailants whose presence was indicated by ministerial testimonies completely circumvented in the report of Murillo. In this truck could be some explanation of the ferocity that erupted against the students as it is considered that it was carrying drugs bound for Chicago.

Another of the most controversial aspects that should not like anything to Peña Nieto and his government are the passages where the report deals with the army. The text is also pointing out what has already been mentioned time and again by various authors and commentators deny the impossible presence of the army in the events. And therefore, one of the most embarrassing recommendations for Peña Nieto is the demand of IMCI to allow the opening of the headquarters facilities located in Iguala and the questioning of the military involved in the incidents of the night of Iguala.

The IMCI report of almost 500 pages is full of observations, remarks and recommendations made to the independent experts that the Mexican government reconsider its conclusions again, in fact proposes a new research without clearly stating their opposition to the investigation of the "historical truth "The Attorney General's Office (PGR). But it was enough to produce above the outbreak of a media bomb that has forced the government to recognize the need for further research and accept a new interview relatives and their lawyers with Peña Nieto on 23 September.

Faced with this situation it has evolved as a logical extension of the mandate of the IMCI stay in Mexico to continue his research. Another result is not very pleasing to the government.

The question that arises why the government of Peña Nieto has had to accept on this occasion that an external party intervention in the case of Iguala night? And one that follows logically why the OAS, which oversees IACHR (Inter-American Commission on Human Rights), which in turn sponsors the IMCI, has been one of the major governments of the organization, allied almost unconditional Washington, in the troubles that currently before a report that gives new arguments and vigor to the campaign by the appearance of the 43? The answer is national and international pressure so impressive that has been deployed in support of normalistas Ayotzinapa, solidarity also indirectly reaches its most direct and closest allies, the teachers of the CNTE (National Coordinator of Education Workers) ?

Ayotzinapa case was the tip of the iceberg. The issue of missing persons in Mexico is already a Latin American problem. Today the event transcends the normal school, because in Mexico there are thousands of missing for more than a decade and had not raised a movement of the magnitude that we appreciate today. This has been recognized by organizations of human rights in Latin America. The solidarity that has been deployed to mark the events of the night of Iguala today has become a powerful international pressure the Mexican government can not ignore so easily. Dozens of non-governmental organizations dedicated to defending human rights have asked Peña Nieto that meets the recommendations of the IMCI. They have been expressed in this regard the Grandmothers of the Plaza de Mayo, the Center for Legal and Social Studies, both of Argentina; Washington Office on Latin America (WOLA); the Commission for Peace and Justice and the Permanent Assembly of Civil Society for Peace, both of Colombia; the Human Rights Association of Peru; the Centre for Human Rights at the Catholic University Andres Bello of Venezuela; Ecumenical Human Rights Commission of Ecuador; the Human Rights Coordinator of Paraguay; Center Robert F. Kennedy Human Rights of the United States and other similar organizations from Bolivia, Costa Rica, Brazil, Honduras, Guatemala, Nicaragua and of course Mexico.

Strictly parallel to these events in Mexico, it occurred in neighboring South gigantic popular mobilization that culminated in the resignation and arrest of Otto Perez Molina, a former president of Guatemala. Immediately this fact has resulted in popular opinion the Mexican reality, why in Guatemala and Mexico not? Or else what is Guatemala that has Mexico? Obviously despite the very great similarities with Guatemala, which in the south and southeast are very obvious, essentially Mexico is very different from its southern neighbor. Here's cry Peña Out! has yet to reach the masses of workers to have the echo it deserves and the strength to make it happen and also more than in Guatemala, here the system is clearly much more powerful in their national roots (nationalist) and social the structure of power in Guatemala.

In Guatemala same operation dismissal and arrest of Perez Molina prison should be instructive. Without taking the least credit to the great popular campaign that managed to oust the former genocidal military, we can not fail to note that, first the judgment of May 20 condemning Perez Molina to 80 years in prison which is a popular conquest It has been revoked by the highest court in Guatemala, meeting today still appeal against the disastrous decision in the process. Also it is understood that the genocide was sentenced by a scandalous fraud and took no account whatsoever judicially its genocidal past. Finally in the first round of elections on September 6 to elect a successor to Perez Molina, the winning candidate was the "independent" Jimmy Morales, a comic television with direct links to the most right-wing groups and reaccionaros the country in the second round could I be elected as the new president of Guatemala.

Here in Mexico the slogan Out Peña! must be raised along with an alternative program that has as its goal the establishment of a government of the workers, peasants and indigenous people who will be the beginning of the struggle for the foundation of a new society to prevent Peña Nieto replacing another PRI or PAN or even as it is already foreshadowing as a suitable alternative to the capitalist groups in power, by an "independent" in the style of Jimmy Morales.

* The author is an activist in the League of Socialist Unity (LUS) - Mexico
Correspondence Press - Newsletter: germain5@chasque.net

miércoles, 16 de septiembre de 2015

¡Ayotzinapa, Ayotzinapa, Ayotzinapa!



En la velada de los Premios Fénix 2014, Gael García Bernal interpretó junto a Los Vega la canción El Partisano, uno de los temas centrales del documental ¿Quién es Dayani Cristal? Quien quiera informarse y tener un panorama más claro de lo que sucede con los cuerpos de migrantes indocumentados encontrados en el desierto, en la frontera entre México y Estados Unidos, en ese documental encontrará una realidad cruda y por íntegra valiosísima. En la interpretación de la canción hicieron un arreglo exclusivo para la velada y como lo personal es político también gritaron al mundo lo acontecido en Ayotzinapa con los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos. Un coro que hacía hervir la sangre cada vez que gritaba Ayotzinapa, Ayotzinapa, Ayotzinapa.

México es un referente latinoamericano que por desgracia colinda con Estados Unidos lo que lo ha convertido con la ayuda de las oligarquías vendidas en el despojo de un saqueo milenario, (idéntico a Guatemala, El Salvador y Honduras que le siguen en la lista y en territorio ) así está, vuelto chirajos ensangrentados, cuerpos desperdigados entre arriates, calles, fosas, ríos y montarrales. En la última década el genocidio del gobierno contra su propio pueblo ha encendido las alarmas mundiales pero para la mediatización y el oportunismo y el amarillismo, jamás para los Derechos Humanos y la justicia.

México nos duele a todos, todos tenemos algo de México, es nuestro México y también esos 43 estudiantes desaparecidos son nuestros; nuestros amigos, nietos, hermanos, hijos, compañeros, nuestra mocedad exterminada. Lo son ellos y las miles de niñas, adolescentes y mujeres violadas, torturadas y asesinadas en los crueles feminicidios. Lo son las miles de personas que han sido víctimas de las desapariciones forzadas que lleva a cabo el gobierno mexicano. Lo son esos miles de campesinos esclavizados. No, no podemos quedarnos callados y pensar que México es una isla lejana porque México somos todos, México anida en nuestra esencia latinoamericana, es tan patria nuestra como cualquier otro país de la América Bolivariana.

Los 43 estudiantes desaparecidos representan la barbarie y el colapso de un sistema corrupto, manipulador y traidor. De una oligarquía depredadora, de una clase media acomodada e hipócrita. De un pueblo rural y de barriada que se levanta y lucha en soledad, en el abandono de los medios de comunicación comprados por esas grandes corporaciones capitalistas, y que se encargan de falsificar lo patentado. Más aún están los honestos que se hermanan, acuerpan y solidifican la denuncia viva y atroz de un México que por más que traten las tiranías jamás podrán pulverizar, porque su herencia milenaria es de un tesón inquebrantable como la de todos los pueblos que luchan contra las embestidas fascistas de los mezquinos.

México tiene toda la capacidad para levantarse, para alzar la voz, para reconstruir el tejido social, para llevar a la cárcel a cada uno de los que le han faltado el respeto a la Patria y mancillado a su pueblo. ¿Qué está esperando para hacerlo? El cambio es hoy, no esperemos a que nos sigan despareciendo la infancia y la juventud, la consecuencia y el amor que hermana. No esperemos que nos sigan matando la Memoria Histórica. A nuestras niñas, adolescentes y mujeres. Que sigan esclavizando a nuestros campesinos.

México tiene la obligación moral y humana de no criminalizar a los migrantes indocumentados que atraviesan su territorio en busca de un futuro distinto, porque son migraciones forzadas, tan refugiados como los de Europa. Tan refugiados como los propios mexicanos que se ven forzados a migrar porque el sistema los obliga. El pueblo mexicano tiene todo el poder para sacar a los delincuentes del gobierno, ¿en dónde está esa Memoria Histórica? El pueblo mexicano ha demostrado tener arrestos, revés y derecho, ese orgullo del que hace alarde debe ponerlo a prueba de consecuencia y solidaridad , y no de tequilas y mariachis. ¿Qué pasa ahora que no quiere despertar? Ahí están latentes las Adelitas , Zapata y Pancho Villa. Tiene el ejemplo de la integridad del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Tiene a esos excelentes profesionales muy bien preparados, a sus campesinos, a los obreros, a esos millones de proletarios; dejemos el clasismo, ese racismo perverso, esos prejuicios y hermanémonos, porque bizarría tenemos es lo que nos sobra, lo que nos falta es decidirnos a ir por el cambio real. No permitamos que Ayotzinapa sea otra Tlatelolco, no permitamos más violaciones y feminicidios. No más Juárez… Más despojos de tierras, que nos sigan contaminando los ríos, que nos sigan deforestando las montañas, que nos sigan masacrando. Que nos callen y nos torturen y nos quiten el ímpetu para defender la Patria.

No hay nada qué celebrar este 16 de septiembre, no tenemos ninguna independencia, México aún no ha sido liberado. Empecemos liberando nuestras mentes, dejemos que nuestra bravura hable por nosotros, nuestra dignidad, nuestra identidad, nuestra Memoria Histórica; salgamos a las plazas, abarrotemos las calles y gritemos a viva voz, ¡Ayotzinapa, Ayotzinapa, Ayotzinapa! Porque el, ¡viva México cabrones,! en estas circunstancias nos queda grande. Con el dolor pero es cierto.

Que nuestro amor por México no sea de playeras, banderas, sombreros de colores rojo, verde y blanco, que nuestro amor por México se demuestre con nuestra consecuencia política por ende humana. Cada vez que gritemos, ¡viva México cabrones! Pensemos en que si en realidad estamos orgullosos del país que tenemos en estos momentos o si estamos dispuestos a transformarlo para que las Adelitas y los hombres honestos y luchadores de nuestra Memora Histórica, un 16 de septiembre no tan lejano también salgan con nosotros a las plazas a celebrar la verdadera independencia de un pueblo que se atrevió a ir por lo quimérico y lo logró. No olvidemos ni por un segundo a nuestros mártires porque su sangre baña nuestras calles y retumba en la lava nuestros volcanes despiertos. Hagámoslo por lo que ya no están, por los que están y por lo que vienen.

Este 16 de septiembre debemos gritar con el alma, con el corazón y con la sangre despierta, ¡Ayotzinapa, Ayotzinapa, Ayotzinapa! Eso, para ir empezando.

Con amor del bueno, una latinoamericana tan veracruzana como los propios jarochos.

@ilkaolivacorado

Blog de la autora: Crónicas de una Inquilina

lunes, 14 de septiembre de 2015

#Ayotzinapa Los "Sicarios" solo albañiles Torturados



Según el Gobierno Federal, uno de los principales operadores del grupo criminal Guerreros Unidos en Cocula, Guerrero, es Patricio Reyes Landa Salgado. La realidad es que se trata de un albañil tan pobre que su familia recibe fondos de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL).

En noviembre de 2014 este hombre fue señalado por la Procuraduría General de la República (PGR), junto con otros tres trabajadores de la construcción, como responsable del asesinato y cremación de los 43 normalistas de Ayotzinapa –secuestrados en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre de ese año– en el basurero del cercano Municipio de Cocula.

Para cerrar el caso, el pasado 27 de enero el entonces procurador general, Jesús Murillo Karam, presentó a Reyes Landa, Jonathan Osorio Cortez, Agustín García Reyes y Felipe Rodríguez Salgado como las piezas que resolvían todo. Afirmó que ellos habían confesado el asesinato e incineración de los estudiantes, y agregó que todas las pruebas científicas apuntalaban las confesiones.

Pero el sábado 5, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) informó que en realidad tal cremación nunca ocurrió.

Ahora se sabe, por el examen médico practicado en la PGR a Rodríguez Salgado y los testimonios de sus familiares, que los albañiles fueron torturados. En sus conclusiones, el GIEI, basado en un peritaje forense independiente, concuerda: quienes “confesaron” el asesinato y cremación de estudiantes fueron coaccionados mediante tortura.

La PGR afirmó en noviembre de 2014 que Reyes Landa, Osorio y García Reyes confesaron haber triturado los restos de los estudiantes y haber metido sus cenizas en bolsas que dejaron o vertieron en el río San Juan.

En realidad ninguno de ellos declaró eso. Según lo prueban sus declaraciones ministeriales –de las cuales se tiene copia–, ese argumento fue inventado por la PGR.

Para el presente reportaje se entrevistó a las familias de tres de los albañiles con quienes la PGR fabricó su “verdad histórica”.



FABRICADA A GOLPES

“Treinta y nueve confesiones de los policías, hasta los que actuaron materialmente; 487 peritajes; 386 declaraciones; 153 inspecciones ministeriales; todas vinculadas y consistentes para ratificar los hechos aquí señalados. Estos y muchos otros elementos aportados durante la investigación permitieron realizar un análisis lógico causal y llegar sin lugar a dudas a concluir que los estudiantes normalistas fueron privados de la libertad, privados de la vida, incinerados y arrojados al río San Juan, en ese orden. Esta es la verdad histórica de los hechos”, afirmó el entonces procurador Jesús Murillo Karam el pasado 27 de enero, en una conferencia de prensa en la cual prácticamente dio por cerrado el caso.

Ese día la PGR presentó los testimonios videograbados de Patricio Reyes Landa, Jonathan Osorio Cortez, Agustín García Reyes y Felipe Rodríguez Salgado. Los videos, sin embargo, nada tienen que ver con el contenido de las declaraciones ministeriales que rindieron aquéllos y de las cuales se obtuvo copia. Además, los testimonios rendidos ante el Ministerio Público tienen contradicciones y diferencias sustanciales entre sí.

Rodríguez Salgado grabó un video para la PGR, pero nunca hizo una declaración ministerial, explica uno de los abogados involucrados en el caso y consultado para esta investigación. Agrega que Felipe fue ingresado el 18 de enero al penal El Altiplano y según los documentos obtenidos en un juzgado de procesos penales federales en Tamaulipas, se reservó el derecho a declarar. Añade que lo dicho en el video no tiene validez legal.

En su declaración ministerial, Jonathan afirmó que se reunieron a las 20:30 horas; él fue con Patricio, Agustín y otros cinco en una camioneta Nissan. Reyes Landa dijo que se reunieron a las 23:30 horas y Felipe pasó por él en esa camioneta, con personas distintas a las nombradas por Jonathan. Agustín, sin mencionar una fecha, dice que pasaron por él a las tres de la mañana.

En un testimonio videograbado en enero de 2015, Rodríguez Salgado dice que los policías le entregaron a los estudiantes; que después encontró a Patricio en el camino. Jonathan y Agustín, en sus declaraciones, aunque aseguran que iban con Patricio, nunca hablan de los policías municipales.

En su declaración ministerial Agustín afirmó que transportaron a cuatro de los estudiantes en una camioneta Nissan Estaquitas y que todos estaban vivos. Jonathan y Patricio, refiriéndose a esos mismos cuatro, dijeron que uno estaba muerto, con una herida en la cabeza.

Jonathan afirma que a las 22:00 o 22:15 horas llevaron a los estudiantes al basurero; sin embargo, a esa hora apenas estaban ocurriendo los ataques en Iguala y aún no habían sido secuestrados los normalistas.

Según esa misma supuesta confesión, Jonathan señala que a los estudiantes los dividieron en grupos para matarlos y que a uno de ellos, apodado Cochiloco, y a otro los asesinaron por separado.

Agustín dijo que a varios los amontonaron, incluyendo al Cochiloco, y los ejecutaron a tiros; a otros los hicieron caminar hasta el fondo del basurero y ahí los mataron a golpes. Jonathan dijo que a todos los asesinaron en la parte superior del basurero y luego los lanzaron desde ahí hasta el fondo.

De acuerdo con la inspección del GIEI, por la profundidad y declive del terreno era imposible aventar los cuerpos desde arriba: “Dado que la pendiente del basurero habría frenado la caída”.

Agustín y Jonathan firmaron la confesión donde dicen que recogieron las cenizas el 27 de septiembre y las tiraron al río San Juan, pero según la declaración de Patricio, eso ocurrió el día 28. De acuerdo con Agustín, tiraron las bolsas directamente al río, pero según Jonathan, estando en la casa de Patricio llegó Felipe con tres personas más “que llevaban cuatro costales negros de ceniza, la cual fueron a tirar al río”.

El 7 de noviembre de 2014, cuando la PGR dijo por primera vez que los estudiantes habían sido cremados, Murillo Karam afirmó que Jonathan, Agustín y Patricio habían confesado haber triturado los restos carbonizados:

Pero ninguno de los detenidos dijo ante el Ministerio Público haber triturado los huesos ni haber vaciado o tirado completas las bolsas de ceniza.

El GIEI analizó los dictámenes médicos practicados a 80 detenidos por la PGR entre octubre y diciembre de 2014, relacionados con el caso: policías municipales de Iguala y Cocula y presuntos miembros de Guerreros Unidos. De ellos, 77% presentaba lesiones.

“VAMOS A IR POR TODA TU FAMILIA”

La señora Eliodora es madre de Patricio Reyes Landa, de 25 años. Desde que él estaba en primaria, recibe beneficios del Programa Oportunidades de la SEDESOL, pues viven en extrema pobreza.

Hace 22 años habita con su familia en un jacal prestado por uno de sus hermanos. Hasta hace poco el suelo era de tierra, pero logró ponerle piso de cemento gracias a otro programa de la SEDESOL.

Patricio logró acomodarse con su familia en un cuarto de techo de lámina. Él y su familia también han sobrevivido con recursos del Programa Oportunidades (ahora llamado Prospera). Pero la PGR acusa a Patricio de ser jefe de halcones de Guerreros Unidos, organización criminal con importantes operaciones de narcotráfico.

La esposa de Patricio, cuyo nombre se mantiene en reserva, afirma que su cónyuge no es la persona que ha inventado la PGR. Llevan casados siete años y, asegura, nunca vio nada raro en él ni en sus amistades. Y nunca tenía dinero.

Afirma que el jueves 25 de septiembre llegó a Cocula a descansar. Un día después estuvieron juntos y fueron a cenar a la casa de una hermana de él, como a las siete y media de la noche; a las 11 salieron de ahí porque “ya estaba feo, ya iba a caer el agua”. Llegaron a su casa y ya no salieron.

Al día siguiente Patricio fue a hacer un colado en una gasolinería, y luego se quedó toda la tarde en su casa, con su familia, hasta el domingo 28, cuando regresó a trabajar a Apetlanca.

Agentes de la PGR irrumpieron el 20 de octubre en la casa de la madre de Patricio en busca de armas. Dijeron que el albañil era miembro de Guerreros Unidos y había participado en el ataque a los estudiantes. “¿De dónde? Yo nunca lo vi en malos pasos y nunca tuvimos dinero, ni buena casa”, dice su esposa. Cuando se fueron los agentes de la PGR, ella le telefoneó para reclamarle, pero él le aseguró que no tuvo nada que ver.

Las autoridades federales detuvieron a Patricio el 26 de octubre como a las nueve de la mañana en la casa de la maestra Yesenia Delgado, en Apetlanca. Según contó él a su familia, lo metieron al baño y ahí lo golpearon. Luego lo llevaron al cerro, junto con Jonathan, quien también estaba trabajando ahí como albañil. Le vendaron los ojos y durante cuatro horas lo golpearon, le pusieron una bolsa en la cabeza hasta casi matarlo de asfixia, le echaron agua y le dieron toques eléctricos en el paladar, testículos y recto.

“CON ESOS PENDEJOS VAMOS A TAPAR EL CASO”

Jonathan Osorio, de 20 años, era ayudante de albañil y taquero en la Ciudad de México, donde tiene familiares. La señora Elena, su madre, señala que cuando no había trabajo, limpiaba maíz o ponía fertilizante. Iba y venía de la Ciudad de México por temporadas. Como otras familias de Cocula, ella también necesitó mucho tiempo del Programa Oportunidades para sobrevivir.

Jonathan llevaba algunos meses en Cocula y cuando la maestra Delgado le ofreció trabajo en Apetlanca para poner postes para una cerca, aceptó. Ahí se encontró con Patricio, a quien sólo conocía de vista. Ahora la PGR lo acusa de ser halcón de Guerreros Unidos.

Le contó a su madre que a él y a Patricio los detuvieron a las nueve de la mañana personas vestidas de civil; los golpearon y torturaron. “Los que los agarraron dicen que los golpes eran porque se echaron a correr, que por eso iban golpeados”. Pero la historia es distinta.

Su hijo le contó que le amarraron las manos y lo asfixiaban con una bolsa de plástico; que perdió el sentido tres veces. Le echaron agua fría y hielo para reanimarlo. También le dieron toques eléctricos.

“Cuando los subieron al helicóptero para trasladarlos, les decían que si aventaban a uno, nadie se iba a dar cuenta”. En el helicóptero escuchó decir a alguien: “Con estos pendejos vamos a tapar el caso.”

La mujer fue en diciembre a levantar una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. El día que estaba aprobada su visita al centro de arraigo, enviaron a Jonathan al Centro Federal de ­Readaptación Social de Tepic, Nayarit. No fue sino hasta los pasados martes 1 y miércoles 2 cuando le aplicaron el Protocolo de Estambul.

Pocos días después de su arresto, las autoridades llevaron a Jonathan en un helicóptero al basurero de Cocula, donde la PGR grabó el video que luego Murillo Karam mostró en su conferencia del 7 de noviembre. Asegura que ahí le indicaron todo lo que tenía que hacer y decir antes de grabar.



FELIPE

Felipe, de 25 años, laboraba con el papá de Diana, su esposa, una maestra de secundaria; cuando no había trabajo en la construcción, pastoreaba vacas y chivos.

Diana trabaja fuera de Cocula. Dice que llegó a su casa el viernes 26 de septiembre a las dos de la tarde. Felipe estaba en casa de su abuela, donde viven su mamá y sus tíos. Esa noche él la llevó a cenar a las 21:30 horas a un puesto de antojitos, a unos pasos de su casa. Según la PGR, a esa hora Felipe encabezaba la ejecución de los normalistas.

De regreso, Felipe se quedó en la calle tomando una cerveza con un amigo y luego entró a su casa. Ahí pasó toda la noche con su esposa. Ella dice que el 27 de septiembre pasaron todo el día en casa de la abuela de él. El domingo 28 ella se fue a su trabajo.

En octubre le dijo que estaba desesperado por no encontrar trabajo y que se iba a ir a Estados Unidos con sus hermanos. Y lo intentó el 20 de octubre. Una semana después llegó la policía a su casa; él estaba en Caborca, Sonora. Diana le telefoneó para reclamarle la visita de las autoridades. “¿Por eso te fuiste, verdad?” Le aseguró que no. Durante varias semanas no supo de él.

Felipe cruzó la frontera pero se quedó varado en el desierto. Ya había una orden de aprehensión en su contra.

Las autoridades migratorias lo detuvieron. Él dio su nombre, le tomaron fotos y lo deportaron.

Hizo contacto con su esposa y volvió a su casa el 11 de enero de 2015. Se vieron apenas unas horas y ella se fue a su trabajo.

Diana afirma que lo detuvieron el 14 de enero en Cocula. La PGR dice que fue capturado el día 15 en el Estado de Morelos. Ella no lo pudo visitar hasta el 17 de enero y lo vio muy lastimado y con ropa que no era la suya, pero él no quiso decirle lo que pasó. Pero a su mamá sí le contó sobre la tortura.

Cuando ingresó al penal de máxima seguridad El Altiplano, en el Estado de México –donde aún está preso–, Felipe presentó una denuncia contra quienes lo detuvieron, torturaron y obligaron a grabar el video de su supuesta confesión. En su denuncia sostiene que durante varias semanas fue presionado por funcionarios para declararse culpable, pero no cedió.

Ni él ni los otros acusados de la incineración en el basurero de Cocula han ratificado ante un juez la declaración vertida en la PGR. (Anabel Hernández y Steve Fisher)

Una "verdad histórica" a base de intimidaciones y falsedades


La "verdad histórica" del caso Ayotzinapa, presentada el pasado enero por el entonces procurador Jesús Murillo Karam, y que concluye que los 43 normalistas fueron incinerados en un basurero de Cocula, se armó al vapor y basándose en párrafos de literatura científica sacados de contexto. Está llena de datos falsos, salpicada de omisiones y suposiciones. Y cuando los testimonios y los estudios serios empiezan a demoler las increíbles hipótesis de la PGR, o cuando algunos indicios apuntan al ámbito militar, se recurre a las amenazas y al hostigamiento de testigos.

Por Marcela Turati
PROCESO 2028 / 13 DE SEPTIEMBRE DE 2015

El gobierno federal hizo cuadrar los hechos que la Procuraduría General de la República (PGR) presentó como la "verdad histórica" del caso Ayotzinapa y borró evidencias que incriminaban a instancias federales en la desaparición de los 43 normalistas.
Se usaron maniobras como amenazar a testigos clave para que se retractaran lo dicho inicialmente a Proceso, falseamiento de bitácoras oficiales y manipulación de estudios científicos contenidos en los peritajes.
Datos recabados para esta investigación dan cuenta de que distintas dependencias estatales y federales también entregaron a periodistas información oficial falseada o mutilada, cuando no pudieron evadir las leyes de transparencia. Además hubo un intento del Ejército por quedarse con el video que implica a personal del 27 Batallón de Infantería en los hechos de Iguala.
Estos datos son independientes  al informe Ayotzinapa del Grupo Interdisciplinario de de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, que entre otras cosas encontró: uso generalizado de tortura a los presuntos perpetradores (cuyas versiones de los hechos no concuerdan); borrado de los expedientes de uno de los autobuses atacados esa noche y destrucción de un video con imágenes de ese camión; así también las diligencias no hechas o realizadas hasta que el grupo lo sugirió: toma de declaraciones de importantes testigos, peritajes a los autobuses o estudio de las ropas halladas en esos vehículos, entre otras.
Dos testigos a quienes la PGR silenció fueron los empleados del servicio de limpia del municipio de Cocula, Rosí Millán y Wenceslao Rifas, tripulantes del camión recolector que lleva la basura al tiradero municipal donde supuestamente incineraron a los normalistas. Su testimonio apareció en la página interior de Proceso el 29 de octubre del año pasado; afirmaron que aproximadamente el día 23 -una semana antes de que la PGR anunciara que los 43 podrían haber sido cremados ahí-, militares les impidieron el paso argumentando razones de seguridad.
"Dijeron: 'procuren no venir aquí, porque tarde o temprano puede haber un tiroteo'... y no vaya a ser la de malas, mejor ya no subimos". Hasta ese momento no habían sido citados a declarar.
Ambos aseguraron que siguieron usando el tiradero desde el día de la supuesta quema de los 43 y durante casi un mes, y nunca se percataron de que en ese lugar hubiera habido un hecho extraordinario. Parte de su trabajo consistía en vigilar de lejos el basurero para detectar cualquier humo. Millán insistía en que la noche del 26 de septiembre no hubo fuego; llovía y él no vio humareda alguna.
Sin embargo, en la conferencia de prensa de este año, en la cual la PGR presentó su "verdad histórica" sobre el destino de los normalistas, el entonces procurador Jesús Murillo Karam mencionó un testimonio de los recolectores de basura opuesto a esa primera versión: en ésta, los dos empleados municipales habrían dicho que narcotraficantes les impidieron el paso y que por miedo habían dejado de usar el basurero.
Esta reportera visitó varias veces Cocula para reconfirmar esa nueva versión. Una vez la casa de los Millán estaba cerrada; una segunda vez la familia entera mintió y negó que Rosí estuviera ahí. Su madre y hermanos se notaban asustados. Él estaba escondido. Cuando se decidió a salir, temblaba. Antes de negarse a dar la entrevista dijo: "No voy a hablar, porque luego me acusan de mentiroso".
Su miedo tiene explicación: el 2 de noviembre, cuatro días después de la publicación de su testimonio, personal de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) trasladó al Distrito Federal a los dos empleados municipales y los sometió a dos días de interrogatorios sin darles comida.
Les preguntaron los hechos, les mostraron un ejemplar de la revista Proceso y los amenazaron. Una persona cercana a ellos revela que en la SEIDO les dijeron que "si no recordaban" y "si no dejaban de decir mentiras" iban a terminar presos en Nayarit con los funcionarios y delincuentes de Guerreros Unidos.
Entonces declararon lo contrario. Este dato fue confirmado por dos fuentes.
A ambos les hicieron firmar papeles cuyo contenido desconocían. Wences -ayudante de Rosí- no sabe leer. Cuando fue entrevistado por un grupo de reporteros este año, seguía sosteniendo en el basurero no hubo incineración. De los militares nada dijo.
Ese no fue el único operativo para silenciar testigos o borrar evidencias.

También la Sedena

Tras darse a conocer el informe Ayotzinapa, donde se mencionan los documentos que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) les entregó a los expertos de la GIEI, queda al descubierto que la dependencia respondió a las solicitudes de información pública con informes mutilados o datos falsos.
En su edición 2003 de este semanario se publicaron las bitácoras del Ejército sobre los hechos del 26 y 27 de septiembre en Iguala. Desde ahí se evidenciaban varios errores: uno de ellos fue el borrado de los croquis de la escena del crimen de un quinto camión tomado por los normalistas y que -confirmó la investigación del GIEI- fue borrado de todas las diligencias del PGR y pudo haber sido la causa del feroz ataque contra los estudiantes pues podría haber estado cargado de heroina.
Uno de los croquis entregado por el Ejército (folio 22638) a Proceso describía la escena del crimen  donde perdieron la vida los jugadores de futbol Los Avispones, pero omitía el quinto autobús, que estaría a pocos metros en la misma carretera. El croquis anexo describía la posición de dos autobuses atacados en la calle Juan N, Álvarez y la ubicación de los estudiantes asesinados. Omitía otro autobús.
También el reporte sobre el normalista Julio César Mondragón, encontrado por el Ejército muerto y torturado, tenía datos falsos, como el lugar de su hallazgo.
Los reportes del personal de Inteligencia Militar que testificó cómo los normalistas eran atacados tampoco fueron entregados.
Desde que se recibió esa información se metió un recurso de inconformidad ante la Sedena por la información falseada e incompleta que había entregado y porque no aparecían otros elementos que se sabía que existían, como las fotografías tomadas por los militares a los estudiantes que encontraron escondidos en el Hospital Cristina la noche del 26 de septiembre.
Según los normalistas, en ese encuentro fueron amenazados por la patrulla comandada por el capitán José Martínez Crespo. Ese encuentro en el Hospital Cristina fue la evidencia de que los militares estuvieron informados de los ataques y no hicieron nada para ayudar a los estudiantes. Los militares se cercioraron de que no quedara evidencia.
En octubre, en entrevista realizada por esta reportera, el médico Ricardo Herrera, director de dicho hospital, informó que días antes personal del Ejército se había presentado para pedirle los videos de las cámaras de seguridad de su clínica. Según su testimonio, su cámara estaba descompuesta y no grabó nada.
En la entrevista publicada el 11 de octubre en este semanario (Proceso 1980) él defendió la actuación de los militares y el buen trato que le dieron a los estudiantes.
El Informe Ayotzinapa del GIEI revela que antes de rendir su declaración judicial, ese médico había sido invitado a la sede del 27 Batallón por el general Alejandro Saavedra, entonces comandante de la 35 Zona Militar, de Chilpancingo, y responsable del cuartel de Iguala. No se sabe de qué hablaron.
"El médico fue llamado, según sus palabras, por los militares debido 'a que el general Saavedra quería que platicar con unas personas de justicia militar y me dijo que si nos veíamos en el hospital o en el 27 Batallón. Yo fui al Batallón 27. El capitán Crespo pide que no lo anoten en el libro de entrada porque es invitado de mi general. Después lo llamó el mayor T y le dijo que la primera declaración había sido informal y que le iba a tomar otra, así que esa sí la firmé y le puse la huella", se lee en el pie de página 196 del informe.
Las bitácoras del C-4 (Centro de Control Comando, Comunicaciones y Cómputo) obtenidas y publicadas por Anabel Hernández y Steve Fisher (Proceso 2027) también muestran que la información fue mutilada y dista de la que ese mismo órgano entregó a los expertos del GIEI.
Los expertos mencionaron que la noche del 26 la Sedena tomó el control del C-4 y dejó de transmitir información.

Ciencia a conveniencia

Personal de la PGR también manipuló los peritajes realizados en el basurero de Cocula para que cuadraran con la versión presentada por Murillo Karam.
Ya antes el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), coadyuvante del caso por parte de los familiares de los 43 normalistas desaparecidos, había señalado que no había evidencia que ligara al basurero de Cocula con el pedazo de hueso recuperado en Río San Juan, con el que se identificó al normalista Alexander Mora Venancio y cuyo hallazgo sustentaba la versión de Murillo sobre la incineración de los 43.
Los expertos argentinos, inconformes con la versión oficial, informaron que no tenían certeza de dónde fue obtenido el hueso de Alexander, por la falta de la cadena de custodia que certificara su origen y las manos por las cuales había pasado. Tmbién denunciaron que la PGR había compilado evidencias sin avisarles.
El pasado 11 de septiembre el equipo de Aristegui Noticias informó que la PGR "tergiversó investigaciones científicas" para afirmar que el incendio en el basurero de Cocula llegó a mil 600 grados centígrados, suficientes para incinerar los cuerpos de los 43 estudiantes, y que para tal efecto usó el estudio Valoración energética de neumáticos fuera de uso, del académico Olegario Martínez Morán, del Departamento de Química y Física Aplicadas de la Universidad de León, España.
El equipo de Ariestegui demostró que la dependencia usó sólo dos párrafos para armar su "verdad histórica" y los sacó de contexto, pues dicho investigador concluye que tal temperatura sólo se puede alcanzar bajo condiciones industriales o controladas en un laboratorio.
No es el único caso de manipulación. El peritaje al basurero contiene ejemplos similares.
Aunque la PGR informó que la detención el 16 de octubre del líder de Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias, aportó pistas para concluir que los estudiantes habían sido asesinados en el basurero e incinerados, uno de sus oficios (el número 82867) menciona que desde el día 14 ya se había solicitado personal para que acudiera a inspeccionar le basurero. Dos semanas antes de que Murillo Karam lo anunciara a los medios.
En los peritajes a los que este semanario tuvo acceso se lee cómo se fue engarzando "la verdad histórica". De cada hallazgo, fuera un hueso, una lata de aluminio quemada, un casquillo percutido, una roca fragmentada, se sacó como conclusión que el asesinato y la incineración de los estudiantes si pudieron haber ocurrido, aunque no parece haber elementos científicos que concatenaran esos hallazgos.
Muestra de ello es el folio 78362 que, después de mencionar que en el basurero se encontraron casquillos, concluye el peritaje balístico con la siguiente afirmación: "Se analizaron elementos balísticos en elementos de distintos calibres, por lo que se determina que en alto grado de probabilidad una de las formas de privar la vida (en el basurero) era usando armas de fuego".
Mediante cálculos matemáticos, y con policías que servían como modelos, mezclados con literatura médica se estableció cuántos estudiantes cabían en una camioneta Ford F 350 Super Duty, como la que la PGR presentó, y cuántos deberían de haberse asfixiado en el camino, según el peso de otros estudiantes que llevaban encima.
Se dejaron de lado los datos recabados que hacían que la verdad presentada por Murillo no coincidiera.
Un ejemplo: un fragmento del folio 82967 de la Coordinación General de Servicios Criminales en el que se lee: "(en) la planicie del tiradero de basura, se localizaron múltiples casquillos de calibre .223" (equivalente al calibre 5.56 mm.) lo que indica que en esta zona se realizaron disparos con armas de este calibre; sin embargo algunos de estos indicios se encontraban con resto de oxido o semienterrados en la superficie, lo que implica que probablemente no podrían ser compatibles con los hechos que nos atañen".
En los peritajes se mencionaba que las osamentas encontradas, los casquillos, las llantas podrían haber correspondido a otros eventos. Eso no se mencionó en la versión de la PGR.
Un ejemplo es el folio 82867 en el que un perito no identificado mencionó que los restos de llantas encontrdos ahí estaban oxidados, por lo que podrían haber sido quemadas antes de los hechos de Iguala.
En éste se describe: "Se encontraron 28 fragmentos y/o anillos metálicos utilizados para la composición de neumáticos, que en su mayoría se encontraban en la periferia del lugar, por oxidación (herrumbre), mismos que no corresponden a este daño con el lugar en donde se encontraba, por lo que se infiere que éstos fueron depositados después del hecho. Debido a esto sólo se identifican en el croquis para referencia de la cantidad posible de neumáticos, debido a que se desconoce le origen de dónde fueron retirados".
El basurero -según quedó asentado en el acta ministerial- fue protegido por personal militar y policías ministeriales federales.
Aunque se solicitó al Instituto de Biología de la UNAM el estudio de las plantas existentes en el basurero, con el que colaboró para sustentar la versión  de la PGR, éste respondió que era confidencial.
Con maniobras como éstas se fue armando la "verdad histórica".