La “verdad histórica” del procurador Jesús Murillo Karam –aquella que nos aseguró que los 43 normalistas de Ayotzinapa habían sido incinerados en el basurero de Cocula– simplemente se derrumbó.
Paso a paso, la investigación del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) –con todos y cada uno de los datos soportados en información pública y oficial– mostró una realidad distinta a la presentada en octubre del año pasado por el entonces procurador General de la República.
Con una relatoría de hechos más completa –sin tantas lagunas como la de Murillo en la descripción de los sucesos acontecidos durante la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27– y un análisis riguroso del expediente mismo, además de algunas declaraciones que ellos mismos obtuvieron, los expertos dejaron varias cosas en claro.
A saber, por principio:
–Ante la imposibilidad de entrar a Chilpancingo (patrullas impedían el paso), los normalistas eligieron enfilar hacia Iguala –para tomar autobuses con vistas a la celebración del 2 de octubre en el DF– por su cercanía con la Ciudad de México.
–Desde las 17:59 horas, vía el C4, todas las fuerzas (municipales, estatales, federales) y el 27 Batallón del Ejército estaban informados de que los jóvenes normalistas se desplazaban de Chilpancingo hacia Iguala.
–Cuando un grupo de 13-14 estudiantes llega a la Central de Iguala en uno de los autobuses (las 20:15 horas), el evento político en el que la esposa de José Luis Abarca rendía su informe había concluido.
–Ninguno de los muchachos portaba armas (se defendieron con piedras en un momento dado), ni agredieron a la población civil.
Es decir, no hubo posibilidad de confusión alguna. Todas las fuerzas policiacas sabían que se trataba de normalistas, y la razón de su actuación –el ataque a los jóvenes– no fue para proteger a Abarca, ni a la población civil.
En la investigación de la PGR, apuntan, “hay contradicción muy evidente” en las posibles motivaciones de los ataques a los normalistas.
OPERATIVO DIRIGIDO Y UN AUTOBÚS FANTASMA.- Algo muy importante: los expertos detectaron, por las declaraciones de varios y los sucesos mismos, que el operativo de las policías aquella noche infausta “fue dirigido por una persona aún no identificada”, que se encontraba en el centro de Iguala.
“Hay un nivel de coordinación, alguien impartía las órdenes desde Iguala”, sostienen.
El grupo de expertos del GIEI –Francisco Cox (Chile), Ángela Buitrago (Colombia), Carlos Beristáin (España), Claudia Paz (Guatemala), Alejandro Valencia (Colombia)– llamó la atención sobre un quinto autobús que no aparece en la investigación de la PGR.
Ponen énfasis en él porque piensan que ese autobús –que tomaron los jóvenes al azar en la Central– “puede tener que ver con los motivos de la agresión a los normalistas”, dado que encontraron otro caso, ocurrido en Iguala, en el que se utilizaron autobuses para el traslado de narcóticos.
IMPOSIBLE LA INCINERACIÓN EN EL BASURERO.- Esta fue la parte más dura y documentada de los expertos independientes. La que echa abajo la tesis de que los normalistas fueron incinerados en el basurero de Cocula.
Llevaron hasta el lugar a uno de los más importantes expertos del mundo en el manejo de fuegos, el peruano José Torero –graduado de la Universidad de Berkeley y actualmente miembro del Departamento de Ingeniería y Fuego de la Universidad de Queensland, Australia– para analizar la escena.
No entraremos en detalles, sólo apuntaremos algunas de sus conclusiones. Para incinerar a los 43 se requerían: 30 mil kilogramos de madera, 13 mil 330 kilogramos de neumáticos y un tiempo de 60 horas. La llama se habría alzado siete metros y el humo alcanzado los 300 metros de altitud.
Nada de eso hubo. Por añadidura, en la vegetación adyacente el peruano no vio signos de quema de madera. De hecho, les expuso, por la composición geográfica del basurero, la llama tendría que haberse inclinado hacia el plástico que había y habría producido un incendio forestal. Los muchachos, pues, no fueron incinerados ahí.
GEMAS: Obsequio de la procuradora Arely Gómez tras la investigación de los expertos del GIEI sobre Ayotzinapa: “Se solicitará la realización de un nuevo peritaje a cargo de un grupo colegiado de peritos forenses del más alto prestigio”.
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